Hace 9 años que me distes una foto para que te la pintase, mi Yayo. No veía el día en que pintara esa foto, hasta que llegó el momento que decidiste casarte con el amor de tu vida, Mariani. Entonces pensé, ¿Qué mejor regalo de boda para regalar a mi amigo del alma? Un cuadro y, ahí está…por fin!
Deseando ver tu cara, llegó el día de entregártelo. Doy fe, que te gustó! ¡Que pasadaaa…! fueron tus palabras.
¡Disfrútalo, Yayo, como yo disfruté pintándolo! Y…ahí va nuestra frase: “Y que nos importa los demás, tú y yo sabemos lo que somos”
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